sábado, 26 de febrero de 2011

Autocrítica.

De pronto, todas las preocupaciones que pueblan tu cabeza pierden sentido. Es cuando contactas con una de esas personas que no siempre tienes presente como miembros más de la sociedad. Sólo de vez en cuando, en el telediario o en un libro, tomas conciencia de que siguen ahí, superando las barreras que la vida les impone día a día.
Es por eso que llegado a este punto me doy cuenta de la panda de niñatos estúpidos que somos (yo me incluyo) al quejarnos por cualquier cosa, sin tener la más remota idea de lo que es ganarte la vida minuto a minuto, segundo a segundo... y da igual, porque nos seguiremos quejando, por algo somos seres humanos. Pero... cabe plantearse quién es realmente el discapacitado en el mundo, en la sociedad: ¿aquellas personas cuya mayor preocupación es ir bien peinado o vestido o el grupo de personas que arrastra cada día con la carga de ser diferente y de tener que superar millones de obstáculos en su vida cotidiana, esforzándose por ser uno más?
¿Realmente personas que pueden soportar algo inimaginable para nosotros sin apenas quejarse se pueden considerar discapacitados? ¿Con respecto a nosotros? No lo creo.
Sinceramente, su actitud, fortaleza y capacidad de superación son mucho más admirables que nuestra infantilería, inmadurez y egocentrismo. Ellos tienen la capacidad, no nosotros.

sábado, 19 de febrero de 2011

I don't care

Creo que estoy llegando a mi límite. Podría soportar todas las tonterías que soporto, pero no me apetece. Paso de niñatos/as inmaduros/as que sólo saben mirarse el ombligo. Paso de aguantaros a cambio de un chute de compañía.
¿Que estoy solo? Bien. ¿Que no tengo a nadie? Perfecto. Para ser así, prefiero estar solo que mal acompañado. Ya me da igual sentirme así, porque estar con personas físicamente no cambia el hecho de estar o no estar solo. Así que se acabó, estoy cansado de tirar de algo que no merece la pena.
Si algún día conozco a alguien que merezca la pena, seré el hombre más feliz del mundo. Y sino, da igual. Desde luego no voy a volver a drogarme con vuestra absurda "amistad", ni "amor". Los "te quiero" vacíos ya no significan nada. ¿Y decís que soy frío? CLARO que soy frío. Me habéis hecho así. Mantengo las distancias por vuestra culpa. Dejaré de serlo el día que alguien me demuestre que puedo ser igual de cálido en su compañía que cuando estoy solo y me quito la coraza de frialdad.
Prefiero estar solo.

martes, 8 de febrero de 2011

Tic-tac

El tiempo agoniza en mi despertador, acuchillado por finas agujas que te recuerdan lo que no estás haciendo y lo que te estás perdiendo con un estridente tic-tac, tic-tac, tic-tac...

domingo, 6 de febrero de 2011

Your bridge keeps on burning at both ends

Es difícil lidiar con uno mismo, con todos los pensamientos, deseos, frustraciones, ilusiones y recuerdos que pasan por tu mente. A veces me confundes, tiendo a pensar demasiado y quizá me obsesione con cada gesto, mirada o palabra y simplemente sean lo que son. Mi cabeza es demasiado compleja para mí a veces, me gustaría ser una persona sencilla e impulsiva que apenas piensa lo que dice o hace.
Por otro lado está aquella página que ya pasé o debí pasar hace mucho, y que vuelve recurrentemente para intentar hacerse un hueco en un nuevo libro que ni siquiera existe. Millones de páginas en blanco sin nombres con las que rellenarlas. Tan sólo 1, 2 y puede que incluso 3 en contadas ocasiones.
Cuesta mucho contruir puentes con las personas cuando notas que por la otra parte son inestables, endebles, y que si intentas afianzar un poco más ese lazo puedes caerte al vacío. Muchas veces tengo esa impresión, de que las personas que me rodean apenas quieren construir puentes, y mucho menos estables. Y aunque pueda ser simplemente mi jodida mente, los hechos son los hechos, y mi libro sigue prácticamente en blanco y con olor a nuevo. Pero, ¿cómo escribir sus páginas sin reutilizar aquellas que han quedado en el pasado y sin que otras nuevas quieran estar incluídas?
Hay veces que incluso pienso en volver a la frialdad extrema de cortar todos los lazos que me unan a las personas y vivir en la soledad más absoluta, sabiendo que estaré protegido, y que mis expectativas serán mínimas. Así todo sería mucho más fácil, aunque también mucho más lineal y aburrido.
Y los puentes se derrumban, y el aislamiento total va cerrando fronteras... hasta que llegue el día en el que sólo podré esperar a ver cómo mi libro arde en el último puente sin poder hacer nada por salvar esa última conexión con el mundo exterior.