miércoles, 8 de octubre de 2014

Cielo o infierno.

Donde la brecha de luz
despliega tiempo empaquetado,
donde un niño inocente
abre su regalo.
Donde unos esperan y miran,
donde otros lloran y gritan.
Donde el destino desgarra
del cadáver las tripas flácidas
que algún día, como persona,
sintió devorar por un águila.
Donde aguarda la huesuda mano
jugando con mi arena,
donde ríe la huesuda cara
sabiéndose suprema.
Qué cruel y qué injusto
es todo lo impredecible.
Qué cruel y qué injusto
es todo lo incontrolable.

Donde las agujas asesinan números
y se refuerzan mis cadenas,
donde busco tu mirada inquieta
como consuelo en mi condena.
Donde proteger sea mi oficio
y observar mi beneficio.
Donde sin saber un día no pase
que la arena corre aún por ti.
Donde la demora hienda mi eternidad.
Donde la eternidad hienda mi alma.
Donde tú y yo estuvimos,
donde tú y yo no fuimos.
Donde las nubes sepan a nada porque nada hay,
sino todo lo que necesito.
Allí nos reencontraremos, siempre,
aunque yo no esté... vivo.

jueves, 24 de julio de 2014

Awaydays



¿Recuerdas cuando te hablaba de irnos lejos de aquí? ¿Solos, tú y yo? ¿Recuerdas cuando miraba el cielo y el mar, tan grandes, prometiendo libertad? Ahondaban en mí, me hacían salir de mi infierno durante unos minutos. Me hacían pensar que podría ser diferente a lo que se esperaba de mí.
"Él te quiere"
¿Aún recuerdas mi sonrisa al verte y mis ganas de no dejarte ir? Ni siquiera lo sabías. Por qué ibas a saberlo; yo me ocupaba de que fuera así. Supongo que pensaba que podía con ello.
"Él te quiere"
¿Recuerdas nuestra promesa? Aquella que era un juego para ti y una esperanza para mí. La vía de escape que estaba esperando; mi mar, mi cielo, mi libertad.
"Él te quiere"


Podría haber salido bien.

(El humo del tren se disipó, y el chico que estaba sobre el puente, temblando, había desaparecido en las vías que conducían a la libertad)

"Él te quería"

miércoles, 23 de abril de 2014

Tiempo y existencia

"Decididamente ese sentimiento de aventuras no procede de los acontecimientos: ya tenemos la prueba. Más bien es la manera de encadenarse los instantes. Creo que esto es lo que pasa: de pronto uno siente que el tiempo transcurre, que cada instante conduce a otro, éste a otro y así sucesivamente, que cada instante se aniquila, que no vale la pena intentar retenerlo, etc., etc. Y entonces atribuimos esta propiedad a los acontecimientos que se presentan en los instantes; lo que pertenece a la forma lo referimos al contenido."

"Me zumbaban de existencia los oídos, mi misma carne palpitaba y se entreabría, se abandonaba a la brotadura universal; era repugnante. "¿Pero por qué, pensaba yo, por qué tantas existencias, si todas se parecen?" ¿A santo de qué tantos árboles todos parecidos, tantas existencias frustradas y obstinadamente recomenzadas y de nuevo frustradas, como los torpes esfuerzos de un insecto caído de espaldas? (Yo era uno de esos esfuerzos.)"

viernes, 4 de abril de 2014

Oro reflectante bañaba la ciudad. La gran ciudad que parecía jugar con la oscuridad mediante luces fluctuantes. Las vistas eran impresionantes. Tanto que abrían ese vacío interior que te dejan las grandes ciudades sumidas en la noche pero no dormidas.
Éramos dos sombras cogidas de la mano, dos muñecos más de ese juego indiferente a nosotros. No. No éramos dos muñecos más. Tú y yo jamás fuimos dos sombras más, al menos cuando estábamos juntos. Seguíamos siendo sombras, pero teníamos otro color. Quizá fuésemos aparentemente normales, intercambiables con otras siluetas nocturnas, pero tú y yo sabemos que no es así. Era una reacción química, un escalofrío, una carcajada, una caricia. Era todo. Sentía que no necesitábamos luz para vernos y estar juntos; ni el más negro rincón lograría perdernos con el resto de sombras y separarnos. Estábamos demasiado juntos.
Ahora soy sólo una sombra. ¿Seguro? No lo sé, no lo tengo claro. ¿Te perdí bajo la luz de la luna o ha sido todo un sueño? Mi memoria sólo me deja acceder a las sonrisas y las estupideces. A los abrazos. A todas las veces en las que nos fundimos en una sola sombra temblorosa y agitada. ¿Era real? No puedo confiar en mí mismo.
Me cruzo con otras sombras y las miro con resignación. Ahora sí soy una sombra más en medio de una ciudad, otra marioneta de un juego que me ha llevado a perder. ¿Ha sido así? Sólo sé que no siento nada excepto la ausencia y una mano fría. La mano que antes te servía de apoyo y ahora se siente sola.