lunes, 28 de marzo de 2011

Sanas fantasías privadas

Quiero parecer fuerte. Quiero ser fuerte. Creo que soy fuerte. Pero a veces tengo momentos de debilidad en los que me invade el desasosiego y la melancolía. Aún así estoy contento por tener claro lo que quiero, aunque sea algo utópico e inalcanzable. Y también tengo claro qué se sale de la realidad y qué está dentro de ella, por eso no me sorprendo fantaseando despierto con cosas que no sucederán nunca más.
Supongo que son etapas de la vida, y como en cada una, hay una especie de "amor platónico", una persona que apenas conoces en profundidad, puede que poco más que de vista, pero que sientes de alguna manera que sería alguien perfecto para tí. Algo te lo dice.
Pero bueno, seguramente es sano tener alguien a quien desear en secreto, sino la vida interior sería demasiado aburrida y monótona. Una vez que asumes la ficción de la relación, y que la otra parte ni siquiera se imagina que ronda tu mente muchas veces al día y que apenas aprecia tu existencia, nada puede hacerte daño, ya has dejado escapar toda brizna de ilusión. Aunque eso no impide que haya momentos en los que le das al botón de "inicio" a una velocidad de 10 clics/minuto esperando ver un comentario encabezado con su nombre.

miércoles, 23 de marzo de 2011

A veces una vuvuzela es más que suficiente.

 Francois de la Rochefoucault escribió una vez: "Estamos tan acostumbrados a disfrazarnos para los demás que al final nos disfrazamos para nosotros mismos".
¿Cómo podemos saber cuál es nuestro "verdadero" yo, si es que existe, y dierenciarlo del puro fingimiento rutinario? ¿Ha pasado a ser esta actuación diaria nuestra personalidad real? ¿Se ha quedado la careta pegada a la cara de tanto usarla? Es posible que así sea y que realmente no exista una verdadera personalidad única e intransferible, sino diferentes formas de pensar en diferentes ocasiones que nos hacen actuar ante un mismo hecho de forma diferente a causa de las circunstancias que lo rodean. Puede que no sea nada fijo, puede que todos seamos iguales en algún momento de nuestra vida a los demás. Las personas tenemos la mala costumbre de ponerle etiquetas a todo, de intentar identificar cada cosa que nos rodea. Pero, ¿no es mejor a veces dejarse llevar simplemente por lo que piensas o sientes sin preguntarte nada acerca de tí mismo? Las cosas son como son y nada va a cambiarlo.
A veces vale más deslizarte entre los demás y fundirte entre la flagrante multitud para sentirte uno más. Gritar al aire ingeniosas rimas reivindicativas sabiendo que nadie te escucha, y a la vez, todos lo hacen.

martes, 15 de marzo de 2011

Under my skin

Y me gusta quedarme un rato más en la cama abrazado a alguien mientras los primeros rayos de sol se cuelan por las rendijas de un sueño hecho realidad, caminar por casa medio desnudo, levantarme de madrugada y asomarme un rato a la ventana para sentir la silencosa tranquilidad nocturna, hacer sonreír, desatar la estrella de rock que llevo dentro cuando estoy solo en casa, jugar a observar a los demás y adivinar qué piensan en cada momento, caminar bajo la lluvia y mirar al cielo mientras noto como la ropa se pega a mi cuerpo y el pelo me cae por la cara, perderme en la montaña para escribir mil historias alternativas en las que decidir cómo ocurren las cosas, comer nieve, quedarme viendo películas o series abrazado a alguien en el sofá hasta quedarme dormido, leer poesía, el arte, el gore, el rock, dar sorpresas, relajarme adoptando hobbies que no son los míos por un rato, el sarcasmo, la cultura, viajar, ir solo al cine de vez en cuando, hacer locuras, los chalecos, las librerías, los idiomas, salir a la calle sin saber dónde voy, correr para liberar energía, cantar como si no hubiera un mañana, las conversaciones filosóficas e interesantes a media noche, buscar caras en las paredes, dejar vagar mi imaginación antes de dormir para saber qué me preocupa o qué ronda mi cabeza sin restricciones... y voy a parar porque el deber universitario me llama.

Estos días me siento mejor, me ayuda sentirme identificado de vez en cuando. Me hace sentir más humano, más cerca de los demás. Menos raro.

Gracias a los lectores, me encanta que opinéis o comentéis lo que os parezca, pero sobre todo saber que a alguien le interesa lo que aquí escribo. Siento todo este rollo sobre mí mismo, pero realmente necesitaba recordarme quién soy; a veces se me olvida.
De verdad, gracias.

domingo, 13 de marzo de 2011

Grupo

Hasta ahora no me había dado cuenta del todo, o no lo quería admitir, pero lo cierto es que ya no hay "grupo". Hace tiempo que no lo hay.
Pensé que a lo mejor era algo pasajero, que todo volvería a ser como era antes. Que la palabra amistad me haría sonreír en lugar de llorar, y que podría tener mis momentos de relax y diversión cuando los necesito. Pero hemos pasado ya por demasiadas cosas. Supongo que han sido muchos cambios en poco tiempo, grandes pérdidas, indiferencia... Puede que a título individual aún queden dos personas con las que poder hacerlo, pero me parece que ha quedado claro que nuestro "grupo" ya no es lo que era.
Y es difícil observar el cambio sin sentir pena o rabia, porque sabes que muchas personas tienen un "grupo" de amigos con los que salir de vez en cuando y con los que pasar buenos ratos. Grande, pequeño... eso da igual. Un grupo.
Aún abrazo mi almohada cada noche y me paro unos minutos antes de dormir a dejar que mi mente vague líbremente. Así sé qué me preocupa realmente; sin censuras. Y muchas veces me veo sorprendido cuando la esperanza de que nuestro "grupo" vuelva a ser un grupo sigue aún resplandeciendo en una esquina apartada del mundo real.

sábado, 12 de marzo de 2011

Love is a verb in my room.

- ¿Cómo te sientes?
- No sabría explicarlo demasiado bien, la verdad. Es algo confuso.
- Venga, inténtalo.
- Pues no sé... es un sensación extraña... tan ajena y tan propia a la vez... Es parecida a la que sientes cuando abres un libro por la primera página y quedas abducido por su trama hasta la última palabra o cuando de pronto escuchas una canción que no habías oído nunca pero sientes que ha sido hecha para tí, que es lo que estabas buscando.
- Ahora dime la verdad.
- Está bien. En realidad hace mucho que no me siento así, sólo me siento solo. Son ya tantas malas experiencias seguidas... pero por eso me gusta tanto leer o escuchar música. Mientras siga sintiendo lo que siento cada vez que me topo con un libro o una canción que sienta como parte de mí, sabré que aún no me he olvidado de cómo sentir lo mismo con una persona.