lunes, 28 de marzo de 2011

Sanas fantasías privadas

Quiero parecer fuerte. Quiero ser fuerte. Creo que soy fuerte. Pero a veces tengo momentos de debilidad en los que me invade el desasosiego y la melancolía. Aún así estoy contento por tener claro lo que quiero, aunque sea algo utópico e inalcanzable. Y también tengo claro qué se sale de la realidad y qué está dentro de ella, por eso no me sorprendo fantaseando despierto con cosas que no sucederán nunca más.
Supongo que son etapas de la vida, y como en cada una, hay una especie de "amor platónico", una persona que apenas conoces en profundidad, puede que poco más que de vista, pero que sientes de alguna manera que sería alguien perfecto para tí. Algo te lo dice.
Pero bueno, seguramente es sano tener alguien a quien desear en secreto, sino la vida interior sería demasiado aburrida y monótona. Una vez que asumes la ficción de la relación, y que la otra parte ni siquiera se imagina que ronda tu mente muchas veces al día y que apenas aprecia tu existencia, nada puede hacerte daño, ya has dejado escapar toda brizna de ilusión. Aunque eso no impide que haya momentos en los que le das al botón de "inicio" a una velocidad de 10 clics/minuto esperando ver un comentario encabezado con su nombre.

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