Es por eso que ver lo que fuerte que me he vuelto me proporciona energía suficiente para confiar en mí mismo y saber que estaré bien. Puede que no todo lo bien que me gustaría, pero bien al fin y al cabo.
Hoy, y a diferencia de todos los anteriores viernes, puedo volver a leer sin que mi mente vague a lugares prohibidos y mis pensamientos vuelvan del destierro.
Hoy, y a diferencia de todos los anteriores viernes, he descubierto que ya no pienso tanto en tí. Y que no eres insustituible.
Así que a partir de hoy, punto y aparte. He comprendido que la felicidad es una esquiva ilusión a la que no debes buscar. Porque es ella quien decide cuándo quiere ser encontrada y cuándo no, y es así cómo en los momentos menos esperados te topas de bruces con ella sin apenas darte cuenta.
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