lunes, 13 de diciembre de 2010

Independencia

Puede que no te lo parezca, puede que pienses que hay alguien realmente imprescindible en tu vida, alguien sin el que no podrías vivir. Yo lo pensaba. Pero poco a poco el humo se disipa y ves el mundo con mucha más claridad. Miras con objetividad alrededor y te das cuenta de que no es necesario seguir sufriendo por ciertas cosas; no compensa.
Y no te hace falta una pérdida de memoria total para saber qué personas estarán ahí para tí y cuáles no. Cuesta aceptar que algunos amigos no sean lo que tú siempre habías pensado, cuesta aceptar que no vaya a ser igual que antes, y sobre todo cuesta pensar que todos esos buenos recuerdos serán al final los que más daño te hagan mirando la diferencia con el presente.
Y ese conjunto de dolor, traición, ira, pena, rabia, melancolía, indiferencia, contradicción, caos y más dolor te empujará a dar el paso para darte cuenta de que no dependes de nadie más que de tí. Es en ese momento en el que realmente sabes lo que debes hacer a pesar de que duela.
Porque yo me he cansado de ser gilipollas, y tú nunca te cansarás de tener mucha cara y aprovecharte de mí.
Por eso hoy soy independiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario