Maldita sea. Jamás se me había metido algo tan entre ceja y ceja. Y jamás pensé que fuese a ser algo como esto... ¿cómo puede ser que estés siempre rondando mi cabeza? ¿Tú? ¿Quién me iba a decir a mí...?
Es imposible estar a tu lado sin autocontrolarme, cada vez que me descuido te miro y cada vez que dejo vagar mi mente pienso en tí. No me dejas estudiar. No me concentro.
Nunca pensé que algo así pudiese ser cierto ni que pudiese pasarme a mí, pero... me está pasando, y cuanto antes lo admita mejor. Quizá el resto del mundo no esté preparado para saberlo, quizá tú tampoco lo estés, pero yo tengo muy claro lo que pasa por mi cerebro. Y le has gustado.
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